En el corazón cultural de Ocotlán, la memoria fue desplazada por un espectáculo a capricho del alcalde.

Por Miguel Montesinos León/Impacto político

Ocotlán de Morelos, Oaxaca. – La antigua estación de tren de Ocotlán, restaurada por el pintor Rodolfo Morales como espacio cultural, fue utilizada sin permiso por el presidente municipal Darío Antonio Meraz Concha (MC) para montar un jaripeo, provocando daños al patrimonio histórico. Expuesto por un reportaje de Impacto Político, se destacó que la propiedad fue allanada y que no es del ayuntamiento, sino un patrimonio público de los oaxaqueños.

Durante la instalación del evento, trabajadores municipales cortaron ramas y usaron árboles —sembrados por Morales hace más de 20 años— para amarrar toros y lonas, ignorando el valor cultural del sitio. La estación, construida a inicios del siglo XX y rescatada por la Fundación Rodolfo Morales, está legalmente bajo su resguardo mediante un comodato federal aún vigente.

La Fundación denunció que no fue consultada ni autorizó el uso del inmueble. “Es una agresión al legado de don Rodolfo y al trabajo comunitario que representa la estación”, señalaron.

Críticas por omisión de autoridades estatales

Hasta el momento, ni el gobernador Salomón Jara Cruz ni el secretario de Gobierno, Jesús Romero López, han emitido postura alguna sobre el caso, pese a las evidencias y reclamos ciudadanos.

Organizaciones culturales y vecinos de Ocotlán consideran que el silencio institucional responde a motivos políticos. “El gobernador necesita el respaldo de los alcaldes ante el proceso de revocación de mandato y, al parecer, está dispuesto a pasar por alto cualquier atropello con tal de no generar fricciones internas”, declaró una fuente cercana al ámbito cultural del estado.

Por lo que preparan acciones legales y exigen respeto a un espacio que fue recuperado para el arte, no para espectáculos improvisados. “No podemos permitir que la memoria se pisotee por una tarde de jaripeo”, advirtieron.

Mientras tanto, la imagen de Rodolfo Morales —quien dedicó su vida a rescatar la belleza de su tierra— ha sido simbólicamente violentada. Su legado, construido con paciencia y compromiso, hoy enfrenta el embate de la improvisación política y la falta de sensibilidad institucional.