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Cortesía/Ríodoce/Martín González

El granero de México está agotado y fatigados sus productores. La sequía, el alto costo de los insumos y el bajo precio de la cosecha, lo van acabando.

Cansados, los pequeños productores ya no exigen, ya no luchan. Y resignados aceptan lo que la autoridad les quiere dar.

La falta de agua para riego ha parido “fetos” de mazorca, insuficientes para alcanzar tan siquiera el 50 por ciento de la producción obtenida en ciclos pasados.

De obtener rendimientos de hasta 16 toneladas por hectárea, hoy la mayoría apenas logra levantar entre 7 y 8 toneladas por hectárea con un grano mustio.

En el campo hay desencanto…

“Vamos derechito a tronar…”, dice Víctor Manuel Montoya Gámez, el ejidatario de La Nanchita, en Valdés Montoya, Navolato.

El panorama

A un mes de que concluyan las trillas, pequeños productores de Culiacán y Navolato buscan en el pajar de palacio de gobierno un alfiler al cual colgar lo que del campo queda.

Diezmados por el desencanto, en el grupo se encuentra Jesús López, el ejidatario de Navolato, con su rosario de lamentos campesinos.

“Pa’ la nueva cosecha no hay precio. La Liga (de Comunidades Agrarias) está pidiendo 6 mil 300, pero yo digo que no alcanzan. Necesitamos 7 mil por tonelada y que nos terminen de pagar los apoyos que nos deben”, expresa.

Plantados en palacio de gobierno el viernes 29 de mayo, los ejidatarios buscan quién los atienda, quién los escuche.

“Ahorita ya todos los que han estado trillando les ha bajado bastante, 2, 3 toneladas por hectárea. Si antes levantábamos 13, 14, ahorita están dando 9, 10. Las cosas están duras en el campo…”, exclama.

A la espera de una audiencia también se encuentra Víctor Manuel Montoya Gámez, el ejidatario de Valdés Montoya, Navolato.

“No nos salen las cuentas… salen mochas. Los altos costos de los insumos y no nomás de la semilla, el fertilizante, el diésel, sino también… los intereses que nos cobran por financiamiento. Todo por las nubes. Resulta incosteable sacar adelante este cultivo”, enfatiza.

El que la situación del país esté difícil, dice, no debe ser excusa para abandonar al campo. De ahí que se busque un precio justo para el grano.

La aspiración suya es, comenta, un precio mínimo de 6 mil 500 pesos por tonelada, pero los bodegueros la están pagando a 5 mil 800 o hasta 6 mil.
“¿Eso a dónde nos lleva? Al fracaso, a tronar… Sí, a que esto se acabe”, puntualiza.

Efectos de la sequía

Reunidos en la explanada de gobierno la mañana del viernes, los pequeños productores buscan ilustrar la situación por la que atraviesa el campo.
Mazorcas “sietemesinas” por la falta de agua para el riego que se refleja en los bajos rendimientos de la cosecha.

El maíz necesita por lo menos cuatro riegos con agua buena, explica Víctor Manuel, no solo una, como lo hicieron muchos ejidatarios ante la escasez.
“Algunas crecieron un poquito porque se les dieron dos riegos, pero no es suficiente. Ni los dos riegos son suficientes para que obtengamos los rendimientos que requerimos para sacar mínimamente los gastos, los costos”, comenta.

Algunos maíces, continúa, se regaron con agua rescatada de los drenes, de lagunas, de pozos, de donde se pudo.

Con este, lamenta, ya son dos años los que les va mal a los pequeños productores, y el futuro no pinta para nada bien.

“No queremos desaparecer. Nos encanta sufrirle, nos encanta madrugar para sacar adelante las actividades del campo, pero así como están las condiciones, vamos perdiendo todo el esfuerzo que hemos hecho”, exclama.

Aguantar vara

Después de una reunión con el secretario de Agricultura, Ismael Bello Esquivel, los pequeños productores a como entraron, salieron.
Martín Lim, ejidatario de Campo Balbuena, perteneciente a la sindicatura de San Pedro, Navolato, expone lo que el funcionario dijo:

“No va a haber absolutamente ni un apoyo. Absolutamente nada… Prácticamente lo que nos dijo es ‘aguanten vara, busquen el mejor precio donde están entregando y no entreguen a menos de 6 mil pesos’, es a todo lo que llegamos”.

La recomendación es aguantar mejores precios, reitera, porque los “tiburones” están esperando a que la necesidad los obligue a vender por menos de 6 mil pesos la tonelada.

El pequeño productor dice que las trillas terminarán a finales de junio y solo se obtendrá una producción menor a los 2 millones de toneladas.

“Es muy poquito… el campo sinaloense se está muriendo…” expresa.

El incumplimiento

El 12 de febrero, en su visita a la Expoagro 2025 en Culiacán, el secretario de Agricultura, Julio Berdegué, anunció que en “días o semanas” se comenzarían a pagar los apoyos al maíz, “recogiendo la palabra empeñada” del expresidente Andrés Manuel López Obrador, pero hasta hoy algunos pequeños productores no han recibido los 750 pesos y nadie, los 200 pesos de cobertura prometidos.

La sequía

Con la sequía en Sinaloa el hectareaje sembrado de maíz disminuyó un 66 por ciento, por lo que se espera una producción menor a las 3 millones de toneladas del grano, cuando en ciclos anteriores se alcanzaban hasta las 6 millones de toneladas.

Este artículo se publicó en la edición del 1 de junio de 2025

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