


Ernesto Fonseca, “Don Neto”, sale libre tras cumplir condena en EEUU
La liberación de Ernesto Fonseca Carrillo ocurre en un momento de tensiones entre México y Estados Unidos por el narcotráfico y la impunidad.

Ernesto Fonseca compurgó 40 años de prisión por secuestrar, torturar y asesinar al agente de la DEA, Kiki Camarena.
Cortesía/los Ángeles Press/Fabiola Sánchez
CIUDAD DE MÉXICO (AP) — Ernesto Don Neto Fonseca Carrillo, uno de los principales narcotraficantes y cofundador del Cártel de Guadalajara, fue liberado tras cumplir su condena de 40 años por su participación en el asesinato en 1985 del agente de la DEA (Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos) Enrique Kiki Camarena.
Ernesto Fonseca, de 94 años, había estado cumpliendo el resto de su sentencia en arresto domiciliario en las afueras de la Ciudad de México desde 2016, luego de ser trasladado de prisión debido a su edad y condiciones de salud. Según un agente federal, que pidió permanecer en el anonimato porque no estaba autorizado para hacer declaraciones públicas, Fonseca fue liberado el fin de semana pasado.
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El narcotraficante, que fundó el Cártel de Guadalajara junto a Rafael Caro Quintero, fue condenado por secuestrar, torturar y asesinar al agente Camarena, uno de los casos más emblemáticos de la guerra contra el narcotráfico en México y Estados Unidos.

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Caro Quintero, quien también fue condenado por el asesinato de Camarena, fue uno de los 29 miembros del Cártel de Guadalajara que México extraditó a Estados Unidos en febrero de este año.
No está claro si las autoridades estadounidenses solicitarán la detención de Fonseca ahora que ha sido liberado en México.
Fonseca fue arrestado en 1985 en Puerto Vallarta, Jalisco, y su liberación genera interrogantes sobre las repercusiones de su salida del sistema penitenciario, especialmente en el contexto de la cooperación entre México y Estados Unidos en la lucha contra el narcotráfico.
Enrique Camarena, un ex infante de Marina nacido en California de origen mexicano, fue secuestrado, torturado y asesinado en Guadalajara mientras investigaba el creciente poder del narcotráfico en la región. Su muerte marcó un punto de inflexión en la relación entre ambos países, y dio pie a la operación “Leyenda”, una de las mayores movilizaciones de inteligencia y justicia encabezadas por la DEA para encontrar a los responsables.