Por Redacción Objetivo7
Aguascalientes, Ags., octubre de 2025.— Frente a la Fiscalía General del Estado, la voz de una madre rompió el silencio institucional: “No quiero venganza, quiero justicia para mi hija”, dijo la madre de Ángela, la adolescente de 15 años originaria de Aguascalientes asesinada en Querétaro por un hombre que después se quitó la vida.

Decenas de personas se unieron este jueves a la manifestación en demanda de justicia. Con pancartas, veladoras y flores blancas, los manifestantes exigieron que el caso no quede en el olvido ni se archive bajo el pretexto de la muerte del agresor. “Aunque él esté muerto, la justicia debe hablar. Ángela merece verdad y memoria”, dijo una de las asistentes.

La madre, visiblemente afectada, acusó que las autoridades no actuaron con rapidez pese a las denuncias previas sobre el peligro que corría su hija. “Ella pidió ayuda y nadie la escuchó. Nadie la cuidó. Hoy vengo a exigir que esto no le pase a ninguna niña más”, expresó frente a la Fiscalía, donde familiares y colectivos colocaron fotografías de Ángela rodeadas de flores.

El caso, ocurrido en Querétaro, ha provocado indignación en Aguascalientes y otras entidades del Bajío, donde la violencia contra mujeres y niñas sigue siendo alarmante pese a los discursos oficiales de reducción del delito.

Según las cifras más recientes del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), entre enero y septiembre de 2025 se registraron 18,920 víctimas de homicidio doloso y feminicidio en el país —un promedio de 69 cada día—. Aunque la cifra representa una disminución del 19% respecto al año anterior, los feminicidios de menores de edad y adolescentes no muestran señales de descenso.

En el mismo periodo, se iniciaron 61,713 carpetas por delitos sexuales y más de 208 mil investigaciones por violencia familiar, lo que confirma que la violencia de género sigue siendo uno de los principales rostros de la inseguridad en México. En Aguascalientes, los colectivos advierten que el número de agresiones contra mujeres jóvenes ha crecido silenciosamente, mientras los mecanismos de protección permanecen ineficaces.

Durante la protesta, las asistentes corearon “¡Ni una más!” y “¡Justicia para Ángela!”, en un acto que se convirtió en vigilia. Al caer la tarde, la madre de la adolescente encendió una vela y la puso frente a la puerta de la Fiscalía. “Ángela tenía sueños. No la olviden”, dijo antes de abrazar una de las fotografías.

El dolor de esta familia se suma al de miles de madres que siguen buscando justicia en un país donde el Estado parece acostumbrado a mirar hacia otro lado.