


Ríodoce.- El Hospital Civil de Culiacán reparó este lunes las paredes de la fachada del área de urgencias, escenario del ataque armado registrado el pasado viernes por la noche que dejó cuatro personas muertas. Al pie de una de las maceteras, donde aún se distingue un impacto de bala apenas cubierto con yeso, descansa una veladora roja.
Ese fue el lugar donde perdió la vida Rubén Aceves, de 61 años, por estar en el lugar y la hora equivocadas.
“Estaba internado un familiar de mi tía, de su esposa. Mi tío Rubén no iba a ir porque traía un problema con el vehículo, pero siempre fue muy servicial y al final decidió acompañarla”, relata Manuel Aceves, sobrino de la víctima.
De acuerdo con su testimonio, Rubén y su esposa permanecieron un tiempo dentro del hospital, pero salieron a sentarse en los maceteros de la entrada.
“Ella dijo que estaba cansada y se recostó. Eso fue lo que le salvó la vida. En cuestión de segundos escuchó los disparos y vio caer a mi tío. Está desecha”, lamenta.



Relata que su tía perdió incluso la bolsa con el dinero que llevaba para pagar trámites médicos.
“No resultó herida, pero entró en shock. Mis primos tuvieron que hacerse cargo de todo lo relacionado con el cuerpo. Ella no puede con la situación”.
Rubén era comerciante y alguna vez se dedicó a trabajar como payaso. Su familia lo recuerda como un hombre alegre, servicial y solidario.
“Perdimos a una buena persona. Incluso a su edad, cada domingo iba con su hijo a las vías del tren, atrás de la capilla de Malverde, para entregar alimentos a los migrantes que viajan en los vagones”, señala Manuel.
Mientras el hospital trata de disimular con yeso los orificios de bala en la fachada, las heridas de las familias permanecen abiertas ante la indolencia de las autoridades.
“Siento una falta de reconocimiento a las víctimas en el discurso oficial.
Hubiera querido ver un posicionamiento de las autoridades, un respaldo institucional, aunque fuera con palabras de consuelo. No sé si habrá justicia del gobierno o de otras personas, pero la ausencia de las autoridades lastima”, reprocha el familiar.
“Y no hablo solo de mi tío. También de Jorge, otro de los que murieron en este ataque. Vi a su viuda y a su familia, no los conozco, pero los vi destrozados en el Ministerio Público. Mientras tanto, tú ves al Gobernador en el informe de la Presidenta, pero no ha tenido tiempo de decirle siquiera unas palabras a esta gente que les den un poco de consuelo. Yo veo muy difícil que haya justicia en este estado, tiene que buscar uno consuelo en lo divino”, concluye.