CJNG manda 150 sicarios a Sinaloa mientras sigue la violencia

Cortesía/Ismael Bojórquez/Ríodoce

El gobernador publicó un escueto pie de nota al filo del mediodía del viernes. Por la mañana, dijo, se había reunido con el secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, y con el secretario de la Defensa, Ricardo Trevilla. Se trató de reforzar la seguridad, traer más elementos de los dos cuerpos, más vigilancia a través de la instalación de cámaras y más inteligencia. Ese fue el resumen. Para esa hora en Sinaloa se acumulaban cien homicidios antes de que terminara la primera quincena de junio, una de las cifras más altas en lo que va de la guerra chapos-mayos. Los “topones” entre las bandas han cesado, pero la estrategia de ambos cambió a golpes dirigidos contra hombres y mujeres, casas, negocios… de tal suerte que las bajas siguen constituyendo una barbarie en la que se está arrastrando a mucha gente inocente.

Una primera fase de la estrategia del gobierno en esta guerra descabezó al grupo de capitanes de los Chapitos, pues hacia ese grupo ha sido dirigida la mayor parte de los operativos federales; pero la violencia no ha cesado, las células de ambos grupos siguen con la misma beligerancia con la que iniciaron por allá en septiembre del año pasado, aunque los hostigamientos de los dos bandos se han concentrado de tiempo acá en Culiacán, donde el tableteo de las metrallas se puede escuchar en cualquier lado y a cualquier hora.

A la vuelta de nueve meses de guerra lo que se observa es un cambio en la actitud de la gente, que se muestra más dispuesta a salir a las calles, aunque solo es de día; las clases se normalizaron casi en su totalidad salvo en escuelas y barrios donde hay eventos violentos. Los comercios y restaurantes le siguen apostando a que aun en estas condiciones pueden al menos mantener parados sus negocios. Todo esto con la salvedad de la vida nocturna, cuyo operativo para reactivarla fue un fracaso. Allí sí que ni los comerciantes —restaurantes, casinos y antros—ni la gente, ha querido probar suerte y mejor —salvo contadísimas excepciones—han preferido mantenerse bajo resguardo en sus casas.

Si uno de los principales propósitos de los operativos de la Guardia, la secretaría a cargo de García Harfuch y la Defensa, era brindar mayor seguridad a la población, es evidente que no lo han logrado. Hay un promedio de 20 vehículos robados diariamente y los homicidios, la mayoría con saña, andan por los seis o siete al día —además de los que no podemos registrar porque son “desaparecidos”—; los levantados son pan de cada día y las pérdidas del sector económico suman millones diariamente.

Lo peor de todo es que se ha estado asentando una cotidianidad narca en la que el gobierno estatal, por ejemplo, solo cuenta los muertos, los autos robados y los levantados, y al día siguiente lo informa en una cada vez más desairada conferencia de prensa. No hay una reacción de la policía estatal ante ningún hecho delictivo importante y solo están sirviendo de “cola” en las respuestas que dan los cuerpos federales. En esta cotidianidad, la sociedad trata de llevar la vida como si las cosas estuvieran bien, aunque tenga la certeza de que están muy mal.

¿A qué vinieron García Harfuch y Ricardo Trevilla? Seguramente no a lo que informó el gobernador Rubén Rocha. No a anunciar que enviarían más elementos y colocarían más cámaras de vigilancia; no a decir que aumentarán los trabajos de inteligencia. No ocupaban venir a encerrarse en el bunker militar del aeropuerto con todo sigilo, para eso. Si siguen con la misma estrategia la guerra se extenderá otros nueve meses o más con los mismos saldos funestos o tal vez peores, nunca se sabe. Pero si lo que están planeando es un golpe de timón, se lo guardaron muy bien en sus mochilas. Y al gobernador solo vinieron a dorarle la píldora. No le avisaron que venían pues Rocha tuvo que posponer un evento en Mazatlán. ¿Por qué esta vez no hubo foto de la reunión y el gobierno tuvo que enviar una imagen de archivo?

Bola y cadena

LA SEMANA PASADA CIRCULARON videos de presuntos miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación en Cacalotán, un pueblo que se encuentra a diez minutos de El Rosario. Dicen que vienen a apoyar a la fracción de los Chapitos. Fuentes militares le informaron a Ríodoce que por lo pronto los CJNG enviaron 150 elementos de apoyo, pero que no ha penetrado como cártel todavía. Otras fuentes federales aseguraron que ya tienen presencia en varias comunidades del sur de Sinaloa. Sin embargo, no hay información sólida sobre el tema.

Sentido contrario

MUCHOS SE QUEDARON ESPERANDO quiénes más del equipo del gobernador Rubén Rocha Moya integrarían el nuevo gabinete del rector Jesús Madueña Molina. “Pidió demasiado poco”, escuché por ahí. Se referían al nombramiento de Sergio Mario Arredondo como secretario académico, algo que se antoja hasta bizarro, pues fue uno de los diputados más críticos del cuenismo-madueñismo durante el conflicto con la UAS. Tal vez esperaban que Madueña cediera la tesorería y/o bienes e inventarios, puestos clave para el manejo de los dineros. Hay un gran acuerdo, por supuesto, y uno de ellos es sacar al PAS de la institución, algo que ya está muy encarrerado. Y, a la postre, irle abriendo campo a Morena. No es poca cosa. Al final, los cambios están sirviendo para que no cambie nada. Vaya hazaña de la nueva “transformación”.

Humo negro

HEMOS ESTADO AGRADECIENDO a todas y todos los que han colaborado en este primer año de estar navegando en Barco de Papel, nuestro suplemento cultural. Lo hemos hecho a través de Roxana Vivanco, de Azucena Manjarrez, de Guillermo Bojórquez, nuestros editores. Y quiero reiterar en este espacio mi infinito aprecio por ese esfuerzo desinteresado de empujar la nave, por ese cariño y ese amor por la cultura. Gracias.

Artículo publicado el 15 de junio de 2025 en la edición 1168 del semanario Ríodoce.