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RAFAEL CARO. Cerca de la pena de muerte.

Unos ya están negociando con el gobierno norteamericano, pero no hay garantía de que todos puedan librarla

Un grupo de al menos seis narcotraficantes sinaloenses serán llevados al límite ante la posibilidad de enfrentar la pena de muerte, si no logran negociar con las autoridades de Estados Unidos un acuerdo que permita la captura de otros capos e identificar miembros de la clase política mexicana que se han visto involucrados con ellos.

Los narcotraficantes que están al borde de esa posibilidad son: Ovidio Guzmán López, el Ratón; Ismael, el Mayo Zambada, Rafael Caro Quintero, Don Rafa; Vicente Carrillo Fuentes, el Viceroy; José Guadalupe Tapia Quintero, Lupe Tapia, y José Ángel Cannobio Inzunza, el Güerito.

Los últimos formaron parte de un grupo de 29 narcotraficantes que la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, envió a Estados Unidos el 27 de marzo pasado, en un afán de que el gobierno estadounidense no elevara las tarifas arancelarias a productos mexicanos.

Pamela Bondi, fiscal general de Estados Unidos, enfatizó el día de la entrega que buscaría condenar a todos a cadena perpetua por sus vínculos con el crimen organizado en México, pero que sin duda buscaría la pena de muerte para al menos Caro Quintero y Carrillo Fuentes.

“Como lo dejó en claro el presidente Trump, los cárteles son grupos terroristas, y este Departamento de Justicia está dedicado a destruirlos, y es lo que vamos a buscar”, afirmó Bondi.

Esa medida puso a los narcotraficantes sinaloenses en el ojo del huracán, pues como explican expertos en seguridad, Estados Unidos no sólo los tiene contra las cuerdas, sino que les quitará dinero y al final negociará con algunos, mientras que a otros los sentenciará a la pena máxima en un afán por mostrar al resto de los cárteles que con “ese país no se juega”.

Leonardo Silva, quien hasta el 2025 fungió como supervisor de agentes de la DEA en la lucha en contra de las drogas, dijo que quien tiene todo en contra y quien seguramente no logrará acuerdo alguno es Caro Quintero, al ser acusado de asesinar a Enrique Camarena, muerto en 1985, en Guadalajara, Jalisco.

“Eso no será negociable, él mató a un agente federal y, a menos de que ofrezca algo sustancial, algo que sea proactivo y que sirva en este momento a Estados Unidos, tal vez pueda evitar la pena de muerte, pero no la cadena perpetua. Estar de por vida en la cárcel es lo mínimo que podría aspirar”, señaló Silva, autor del libro de memorias El reinado del terror.

Quien quizá tenga la menor posibilidad de ser sentenciado a la pena de muerte es Ovidio Guzmán López porque la fiscalía del Distrito Norte de Illinois dijo recientemente que no solicitaría la pena de muerte para su hermano Joaquín Guzmán López, lo cual estaría a su favor.

“No queda ninguna duda que el acuerdo entre Joaquín Guzmán y los fiscales para que no lo sentencien a pena de muerte va a beneficiar a Ovidio, con todo y que es acusado de traficar fentanilo a Estados Unidos, lo cual causó la muerte por sobredosis de miles de personas”, señaló una persona familiarizada con el caso de Ovidio.

Otro de los narcotraficantes que podría librar la pena máxima es Cannobio Inzunza, el Güerito, quien es representado por Jeffrey Litchman, abogado de los hermanos Joaquín y Ovidio, el abogado que negoció que 17 integrantes de la familia Guzmán López fueran recibidos en Estados Unidos, en un acuerdo con Ovidio Guzmán.

“Para que este personaje (Cannobio Inzunza), libre la pena de muerte, primero debe cooperar con los fiscales estadounidenses, dar información proactiva sobre el grupo criminal al que pertenecía, y finalmente declararse culpable, porque si decide enfrentar a Estados Unidos, va a perder”, enfatizó Silva.

De acuerdo al expediente número 24-cr-00522, el Güerito, de 44 años, era el jefe de seguridad del cártel Los Chapitos, pero también tenía el permiso de sus jefes para mover drogas sintéticas, incluyendo fentanilo, sustancia que lo hizo amasar una fortuna “incalculable”.

“El Güerito, conspiró con Iván Guzmán Salazar, Alfredo Guzmán Salazar, Joaquín Guzmán López, Ovidio Guzmán López, y otras personas para importar a Estados Unidos cocaína, metanfetaminas y fentanilo, además de financiar y liderar un grupo armado conocido como ‘Los Chimales, que protegían a los hijos de Joaquín, el Chapo Guzmán”, se lee en el expediente.

José Guadalupe Tapia, Lupe Tapia, arrestado en febrero de 2023, es otro narcotraficante que también tiene posibilidades de evitar la pena de muerte, aunque al igual que los otros capos sinaloenses, no tendrá otra que negociar si es que quiere evitar la pena de muerte y ser sentenciado a cadena perpetua, para lo cual deberá valerse de un término legal conocido como forfeit, que significaría declararse culpable, cooperar, y pagar decenas de millones de dólares.

Según investigaciones realizadas por el gobierno estadounidense, la DEA tenía identificado a Lupe Tapia desde diciembre de 2006, cuando colaboradores e informantes revelaron su nombre, y lo acusaron de ser socio de Ismael, el Mayo Zambada, y era el rey de las metanfetaminas.
“Tapia Quintero era uno de los lavadores de dinero del Cártel de Sinaloa, y ahora tendrá que pagar al gobierno de Estados Unidos dinero en efectivo, propiedades y todo objeto de valor para compensar a nuestro país por sus actividades ilícitas”, se lee en el expediente 13-cr-00179, radicado en una corte federal del Distrito de Arizona.

Viejos lobos de mar

Fuera de Caro Quintero, los narcotraficantes de mayor edad en esta lista son Ismael Zambada García, de 77 años, y Vicente Carrillo Fuentes, de 62, de quienes se sabe de manera pública que ya negocian con Estados Unidos para evitar, no sólo la pena de muerte sino ser condenados a cadena perpetua, que según aseguran quienes ya han estado presos en cárceles estadunidenses, “no se sabe qué es peor”.

“Yo estuve preso en una cárcel de California, y es la cosa más fea que puedas imaginar, porque te la pasas todo el día encerrado en una celda, y sólo tienes 30 minutos para salir a comer, desayunar o cenar al comedor, y dos horas para salir al patio. Pero en una cárcel federal dicen que es peor, porque la comida te la arriman a tu celda, y sólo tienes una hora para salir al patio a que te pegue el sol y caminar, es peor que estar muerto”, dijo un ex presidiario sinaloense, encarcelado durante dos años por tráfico de drogas en una prisión estatal.

Según ha trascendido, el Viceroy enfrenta cargos por pertenecer a una organización criminal, provocar una gran ola de violencia en Ciudad Juárez, y distribuir cocaína a Estados Unidos.
Aparte de Caro Quintero, es el capo que más peligro corre de enfrentar la pena de muerte.
Aunque el tratado bilateral entre Estados Unidos y México impide que una persona que fue extraditada sea condenada a la pena capital, el código penal estadounidense considera que si un narcotraficante es entregado o expulsado por su propio país, como hizo México con los 29 narcotraficantes, se pueda aplicar la pena capital, que es el caso de Caro Quintero, Carrillo Fuentes, Cannobio Inzunza, y Guadalupe Tapia.

Dentro de esta situación entraría también Zambada García, quien no fue llevado mediante el tratado de extradiciones entre México y Estados Unidos, sino que fue secuestrado y llevado contra su voluntad. Al igual que el Viceroy, la defensa del Mayo, estaría negociando que el capo sinaloense no sea sentenciado a la pena de muerte ni a cadena perpetua.

El caso de Ovidio es extraordinario, pues es acusado de haber sido el principal traficante de fentanilo a Estados Unidos, lo cual provocó la muerte por sobredosis de cientos de miles de usuarios estadounidenses, y ese sería motivo de sobra para sentenciarlo a la pena de muerte, pero las posibilidades son mínimas dado que el Ratón ya está colaborando con Estados Unidos.

Quien parece estar perdido y sin posibilidades de lograr un buen pacto es Caro Quintero, pues de acuerdo a fiscales estadounidenses, la evidencia en su contra es abrumadora, e incluye grabaciones, testimonios, vídeos, y fotografías, y lo único que podría aspirar hasta este punto es decir que actuó bajo el principio de ley de Autoridad Pública, aunque si ese fuera el caso Estados Unidos ya le solicitó nombres y direcciones de los testigos que el otrora capo pretenda presentar, en un posible afán por disuadirlos de que testifiquen a su favor.

JOAQUÍN Y OVIDIO. Negociaciones en puerta.

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