Tras la elección judicial, el presidente de los obispos de México, Ramón Castro, llama a respetar a todos los votantes y a construir la unidad nacional.
El presidente de la CEM advierte al gobierno sobre excesos luego de la elección judicial, ignorada por 85% del electorado, incluidos los perfiles de redes de los cardenales Aguiar y Robles.
Castro, obispo de Cuernavaca, enfatizó la necesidad de respetar la voluntad de todos los votantes en la elección judicial, incluyendo a quienes se abstuvieron.
Cortesía/Los Ángeles Press/Rodolfo Soriano-Núñez
En un breve comunicado, el presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) instó a su gobierno a reconocer los límites de una elección en la que menos del 14 por ciento de los electores acudieron a votar, según informó la autoridad mexicana.
Bolivia, el único otro país latinoamericano con un sistema similar al que se estrenó en México el 1 de junio, registró una participación de más del 82 por ciento de sus electores en sus elecciones más recientes, celebradas en diciembre de 2024, cuyos resultados están disponibles aquí.
La CEM enfatiza la necesidad de utilizar las elecciones como un medio para construir la paz en un país aún asolado por un promedio de más de 60 homicidios diarios, con una cuestionada metodología para contabilizar ese y otros delitos por subestimar los homicidios y aumentar el número de las desapariciones.
La situación sigue siendo tan grave que algunos obispos han hecho llamados a decretar treguas temporales, asociadas con festividades religiosas importantes, como lo hizo el obispo auxiliar de la Ciudad de México, Francisco Javier Acero Pérez, en diciembre de 2024, como se detalla en el texto que sigue.
México de conciencia
Cabe destacar que, a diferencia de los comunicados habituales emitidos por la CEM días antes de casi todas las elecciones federales de las últimas cuatro décadas, el episcopado guardó silencio respecto a esta primera elección judicial.
Aunque obispos individuales emitieron mensajes más o menos formales en sus redes sociales o a través de medios locales, la mayoría de los obispos mexicanos evitaron cualquier declaración oficial o referencia directa a las elecciones, como lo demuestran los perfiles oficiales de Facebook del cardenal Francisco Robles Ortega, arzobispo de Guadalajara, Jalisco, y del cardenal Carlos Aguiar Retes, arzobispo de la Ciudad de México.
Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, obispo de Cancún y legionario de Cristo, calificó las elecciones como un “cuento” y declaró antes de la votación que se abstendría de votar.
Al ser consultado por los medios locales el día de las elecciones (domingo 1 de junio), Luis Martín Barraza Beltrán, obispo de Torreón, Coahuila, en el norte de México, afirmó que las elecciones judiciales no traerían cambios significativos a su país.
Raúl Vera López, obispo emérito de Saltillo (capital de Coahuila, en el norte de México) y una voz destacada del ala ‘izquierda’ de la CEM, emitió un comunicado inmediatamente después de salir del centro de votación.
Su mensaje, disponible en su perfil de Facebook, dice:
«Muy irresponsable y con nula seriedad la manera improvisada de colocar candidatas y candidatos en la elección del Poder Judicial en Coahuila. 4 boletas con planillas en donde se repetían los mismos nombres. Muy cínico.
«En cuanto a las 6 boletas de orden federal, muy interesante el proceso de estudio de candidaturas y conocer la trayectoria que han recorrido para llevar un acordeón y poder confirmar tantos cargos, nombres, colores, números.
«Esperemos que esto limpie un poco la manera de hacer justicia en nuestro México, que las personas pobres tengan acceso a la justicia, y se pueda reconstruir la justicia para quien más la necesita y no para quien paga por ella.»
En este sentido, no es difícil entender por qué la conferencia evitó emitir un comunicado antes de las elecciones, ya que sus miembros parecían estar al menos tan divididos como la población en general.
El mensaje de Castro del martes reconoce esta realidad:
- La decisión del 87% de los mexicanos electores de no participar en las votaciones del 1 de junio, refleja tal vez este desaliento; es un mensaje que en un ejercicio democrático no se puede pasar por alto y que los actores políticos tendrán que ponderar con madurez, inclusión y visión política, para corregir lo que sea necesario. Además, el respeto al voto emitido en cualquier sentido, incluso el de protesta, por quienes sí decidieron participar será una tarea que las autoridades competentes deberán cumplir con celo y compromiso con México.
La declaración parece reconocer que el gobierno mexicano obtuvo lo que buscaba en las elecciones. En ese sentido, simplemente lo llama a “fortalecer el Estado de derecho”. Dicen:
Exhortamos a las autoridades de los tres poderes del Estado y de los tres órdenes de gobierno, con humildad y esperanza, a actuar con justicia e integridad respetando la autonomía de cada poder y fortaleciendo el Estado de derecho.
Hacia el final de su breve declaración, los obispos vinculan las elecciones judiciales con la crisis de violencia más amplia de México. Esta crisis llevó previamente a los obispos del estado de Guerrero, en octubre de 2024, a hacer un llamado para restaurar el Estado de derecho en Guerrero y a escala nacional, como se detalla en el texto que sigue a este párrafo.
Antes de la declaración de los obispos de Guerrero, en agosto de 2024, el cardenal guatemalteco Álvaro Ramazzini criticó la falta de voluntad del gobierno mexicano para proteger a las comunidades más vulnerables en las tierras altas fronterizas entre el estado mexicano de Chiapas y Guatemala, como se documenta en el texto a continuación.
